Estamos en el mes de las inscripciones para miles de niños que ingresan por primera vez a las aulas escolar, en el que implica una serie de sentimientos desbordados, entre que quizás sea la primera ocasión que se separe de sus padres por varias horas y se encuentre bajo la supervisión de otros adultos ajenos a su medio al igual que interactuar con algunos pequeños de su edad pero que traen diferente educación que la ellos, por lo que adaptarse será todo un reto.
Pero en esta separación no solo el alumno pasa por ratos de adaptación, las madres son la que comienzan a hacerse a la idea de separarse de su amor chiquito desde meses atrás, pues es el mes de febrero en el que tienen que tomar la decisión de saber en que escuela quieren que su pequeño asista a clases, y pedir los informes para hacerlo de forma oficial para finalmente esperar si hay espacio para el infante en el la escuela (en caso de ser publica), para que en el mes de agosto pueda el infante vivir otra etapa en su vida, pues ahora los colores y las letras se integran a su lista de pequeños retos a vencer.
Sin duda alguna un gran espectáculo lleno de emociones es el que ingresen miles de pequeñitos a la escuela, pues a veces es mas fácil ver a las madres llorar por que su bebé dejo de serlo, o quizás ver a uno que otro pequeño derramar lagrimas, berrinches y soltar una que otra pataleta por no querer separarse de mamá, afortunadamente este no fue el caso de Pablito que como todo un hombre se metió al colegio con una gran sonrisa, pues ahora será el orgullo de papá y el niño grande que protegerá a mamá.